Por qué un piropo no es un cumplido

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De una plática de oficina surgió la discusión de sí un piropo que te dice un hombre en la calle se debe considerar como halago o acoso. Cada mujer tiene su propia opinión al respecto, pero hoy les voy a dejar la mía.

 

La diferencia entre un insulto y un cumplido, para mí, es la intención. El hombre que te grita mamacita desde lo más alto de una construcción no lo hace para que te sientas guapa y empoderada, lo hace para hacerte sentir incómoda. Aunque seguramente hay excepciones, es un chiste nacional que las mujeres sufrimos al pasar por construcciones porque pensamos que nos van a gritar “de cosas”, y aun así lo hacen. Eso me hace pensar que la intención del “piropo” es meramente joder, y eso en mi opinión convierte el halago en insulto.

 

Es como si nos tuviéramos que avergonzar de ser mujeres y vernos bien. Como si este sentimiento de asco e impotencia que nos da cuando tenemos que seguir caminando derecho sin voltear a ver a nuestro “atacante verbal” por miedo a que se convierta en algo más fuera cosa común. “No lo peles” es la frase que te dicen tus amigas, tu mamá, tus tías… ¿Pero por qué no te gritan lo mismo cuando vas con tu pareja? ¿Porque perteneces a otro hombre y ya no eres linda? ¿O porque saben que es incorrecto y creen que nuestra pareja se les puede poner “a las patadas”?

 

De nuevo les recuerdo que esta es simplemente mi opinión, pero si me preguntan dónde está la línea entre el insulto y el acoso sexual yo la encuentro en la proximidad. Porque no te sientes igual de indefensa cuando te grita un hombre de lejos que cuando vas caminando por la calle y alguien que te viene observando se acerca a ti para susurrarte en el oído “que bonitas chichis”. ¿O eso también les parece cumplido?

 

¿Cuándo es aceptable el piropo de un desconocido? Para mi es cuando platicando con alguien te comentan que estás muy linda, que te ves muy guapa o incluso estos viejitos que te dicen “seguramente usted no es soltera”. Un taxista con el que entablas buena plática, un compañero de trabajo, alguien que conoces en una fiesta. Ese hombre con quien ya has cruzado palabra antes que en un ambiente en el que no te sientes amenazada te comenta que le pareces atractiva. Eso es un cumplido, no lo que hace un desconocido que usa palabras positivas para provocarte sentimientos negativos. No estoy aquí para decirles qué pensar al respecto, pero sí para contarles mi miedo de que, si seguimos ignorando este problema, un día después de tantas veces de decir “no pasa nada”, sí me pase.

 

Para ti, ¿cuál es la diferencia?
 

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